Por Giovanni Rombaldoni
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25 de noviembre de 2024
El Carnaval de Venecia en el siglo XVIII era mucho más que una simple celebración: era una auténtica explosión de libertad y transgresión. Bajo las luces titilantes de los faroles y los reflejos dorados de los canales, se escondía un mundo de juego, teatro y deseo, donde el anonimato de las máscaras daba lugar a una sociedad paralela, aparentemente sin reglas. En este contexto, destaca la figura de Giacomo Casanova, el seductor por excelencia, que encarnó el espíritu más auténtico y libertino del Carnaval veneciano.